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(Clase del 13 de Septiembre del 2020)

El Objetivo específico de esta clase es tener una visión general de estos libros, aclaración de conceptos y su importancia en el contexto bíblico.

Parte 1: Los Libros Historicos

Se reconoce estos 12 libros como históricos porque su contenido predomina la historia del pueblo del pacto que son exclusivamente históricos, lo que no indica que los demás libros no contengan historia.

Los libros históricos comienzan con Josué y terminan con Ester.

  1. Josué
  2. Jueces
  3. Rut
  4. I Samuel
  5. II Samuel
  6. I Reyes
  7. II Reyes
  8. I Crónicas
  9. II Crónicas
  10. Esdras
  11. Nehemías
  12. Ester

1. Principales temas:

2. ¿Por qué es importante estudiar los libros históricos?

  1. Los Libros Históricos complementan la historia contenida en el Pentateuco.
    En estos libros vemos qué pasa con Israel después de la muerte de Moisés, cuando Josué toma el comando del pueblo y se aprecia cómo Israel cruza el río Jordán, y toma posesión de la tierra prometida. Estos libros abarcan un período histórico de unos 1,000 años, desde la conquista de Canaán al mando de Josué para el 1,400 a.C. hasta la reedificación de las murallas y el templo de Jerusalén después del cautiverio babilónico alrededor del 400 a.C
  2. Los libros históricos hacen comprensibles algunos Salmos y libros Proféticos.
    Algunos salmos no podrían ser completamente comprendidos si no fuera por el contexto histórico de los libros históricos. Por ejemplo, el caso del Salmo 51 que describe cómo David se sentía cuando fue amonestado por el profeta Natán por su adulterio con Betsabé. El Salmo no nos explica qué pasó. Pero podemos ver en 2 Samuel 12:1-15 los detalles de estos eventos.
    O el caso de los profetas, que tampoco pudiésemos entender su contexto histórico a menos que vayamos a los libros históricos para entender qué estaba pasando cuando ellos amonestaron al pueblo en ciertas ocasiones. Un ejemplo de esto es Isaías 1:1 que dice “Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá”. Para entender bien la profecía de Isaías, debemos repasar la historia de Israel durante el gobierno de esos reyes.
  3. Los Libros Históricos iluminan las verdades del Nuevo Testamento.
    El Señor Jesucristo predicando en Nazaret se comparó a sí mismo con los profetas Elías y Eliseo, los cuales ministraban a pueblos paganos, pero sus propios ciudadanos eran indignos. Así señala el Señor que un profeta es rechazado en su propio país (Luc.4:24-27).
  4. La historia sagrada enseña grandes lecciones morales y espirituales.
    El autor de la carta a los Hebreos menciona en el capitulo 11 algunos héroes de la fe entre los cuales aparecen muchos personajes de los cuales se relata en los libros históricos. Asimismo, Santiago menciona al profeta Elías como un hombre de fe y de oración (Santiago.5:17-18).
  5. Se manifiesta el carácter personal de Dios en su trato con su pueblo escogido. 
    El concepto de Dios no es una idea abstracta en los libros históricos. Dios no es una “energía impersonal”. En estos libros Dios se revela como un ser personal que obra a favor de los hombres que confían en El. Su personalidad se pone de relieve en su relación con ellos a través de encuentros personales y sucesos históricos mostrando su Justicia, su juicio, su gracia, su amor, su misericordia, etc.
  6. Denotan el protagonismo del Dios de la Historia.
    En la Biblia se ve a Dios como el principal protagonista de la historia; solo Él les da significado a los acontecimientos. A través de la historia de Israel –sus problemas, sus guerras, sus avivamientos espirituales –Dios se manifiesta llevando a cabo sus designios, haciendo justicia sobre los pueblos paganos o ejerciendo misericordia sobre su pueblo. Un ejemplo impresionante es el caso de la invasión de Senaquerib el rey de Asiria en contra de Ezequías el rey de Judá en 2 Reyes 18 y 19 donde Dios los libra de este blasfemo rey matando 180 mil asirios (2 Reyes19:35)

Parte 2: Los Libros Profeticos

El Objetivo específico de esta clase es tener una visión general de estos libros, aclaración de conceptos y ver el cumplimiento de profecías.

Al hablar de los libros proféticos normalmente los dividimos en dos grupos; los profetas mayores y los profetas menores. Pero ¿Por qué? La razón no está en que unos fuesen más importantes que otros, tampoco en la "calidad" de sus profecías o cosa semejante. Esta distinción se hace sencillamente en base a la extensión de sus escritos. Los más extensos se conocen como "mayores" (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel), y los más cortos como "menores" (el resto). De hecho, en la Biblia hebrea forman un solo libro conocido como "Los Doce" o "Libro de los Doce".

LosProfetasMayoresMenores 

El énfasis que los profetas les dieron, por ejemplo, a los valores de la paz, la justicia, la dignidad humana y la esperanza constituyen una contribución destacada al desarrollo de una experiencia religiosa saludable, grata, sana, transformadora y liberadora. Y fueron los profetas, además, los que le dieron fundamento teológico y temático a los mensajes desafiantes de Jesús de Nazaret, le brindaron al apóstol Pablo el andamiaje religioso, educativo y filosófico para llevar a efecto su gran tarea misionera, y le permitieron al famoso vidente y profeta del Apocalipsis articular, con sentido de dirección, esperanza y seguridad, su extraordinario mensaje de gracia, juicio, esperanza y futuro

1. Vocabulario y etimología

Nuestra palabra «profeta» tiene origen griego (a través del latín propheta). Pro-phetes significa «hablar en vez de», «ser portavoz de» o también «hablar ante alguien», «hablar en voz alta», según el sentido de la preposición pro. Es utilizada frecuentemente en la versión griega del AT y en el NT.

En el texto hebreo del AT se corresponde normalmente con la palabra nabí, que es “llamado”, “profeta” pero también traduce a otros vocablos:
hozeh, «vidente» (2 Sm 24,11; Am 7,12); roeh, «vidente» (1 Sm 9,9.11.18.19).
Se usan además otras denominaciones como «hombre de Dios» (1 Sm 9,6), «soñador» (Dt 13,2), etc., pero el vocablo más usado es sin duda nabí.

2. Los profetas en Israel

¿Quiénes eran estos personajes? Atendiendo al uso bíblico del término podemos decir que los profetas eran: "Personas llamadas por Dios, sobre quien reposaba el Espíritu Santo, para transmitir Su revelación y dar a conocer Su voluntad para con el hombre". En otras palabras: Eran portavoces de Dios.

"Y os envié todos los profetas mis siervos?" Jeremías 7:25 ; (Amos 2:11)

Destacamos la expresión "personas llamadas por Dios". Mientras que el sacerdote o el levita recibía su oficio por herencia, no había un llamamiento personal, los profetas eran hombres escogidos por Dios, necesitaban un llamamiento (1 Reyes 19:19-20) (Amos 7:14-15) (Jeremías 1:5) (Ezequiel 1:1) (Ezequiel 2:2-3). Era precisamente esta falta de llamamiento lo que distinguía un profeta verdadero de uno falso.

Moisés les anuncia que Dios mismo se comunicaría con ellos mediante un profeta:

Deuteronomio 18:18 "Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará de todo lo que yo le mandare."

Y es que a la hora de hablar de los profetas en Israel debemos distinguir entre los que llamamos "profetas escritores" porque su ministerio está recogido en los libros que llevan su nombre, y "profetas orales" cuyo ministerio no ha quedado escrito. De estos últimos conocemos a unos pocos por su nombre, el resto, la mayoría son anónimos. Por ejemplo:

(2 Samuel 7:4-5) Aquí tenemos a Natán, un profeta que ejerció su ministerio en tiempos de David. pero que no tiene un libro que lleve su nombre.

(1 Reyes 13:1-2) Otro ejemplo de profeta de Dios del cual no sabemos nada más, en este caso ni siquiera su nombre.

3. Profecías cumplidas

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