Carta a Los Romanos

3.3 Una nueva relación: emancipación de la ley (Romanos 7:1-25)

Analogía tomada del matrimonio (Romanos 7:1-25)
1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.
4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
5 Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.

6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

El pecado que mora en mí
7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
8 Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;
11 porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.
12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.
13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

3.3.1 El cristiano y la ley (Romanos 7:1-6)

3.3.2 El cristiano y el pecado (Romanos 7:7-13)

3.3.3 El cristiano y el ego (Romanos 7:14-25)

3.3.3.1 Sin Cristo el cristiano es esclavo del pecado (Romanos 7:14-17)

3.3.3.2 Sin Cristo el cristiano no produce justicia (Romanos 7:18-25)

I.- Propósito:

Exhortar al cristiano a depender de la ayuda divina para pelear la batalla de la vida cristiana.

II.- Objetivos:

  1. Que el cristiano llegue a discernir que la vida cristianase desarrolla en medio de una batalla espiritual
  2. Que el cristiano aprenda a depender del Señor para conseguir la victoria sobre el pecado.

III.- Introducción:

Romanos 6:1-6

Muertos al pecado
1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Salmo 1:1-3

El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.

Salmo 119:105

Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.

IV.- Desarrollo

3.3.1 El cristiano y la ley (Romanos 7:1-6)

La ley mosaica

Hechos 7:53

vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

Hechos 15:10

Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

2 Coríntios 5:17

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

En el versículo 5 Pablo recuerda sus lectores cuatro cosas que caracterizaban sus vidas viejas como incrédulos:

  1. Estábamos en la carne
  2. Las pasiones pecaminosas
  3. Por la ley (Romanos 7:7).
  4. Llevando fruto para muerte.

3.3.2 El cristiano y el pecado (Romanos 7:7-13)

  • La ley le reveló a Pablo la maldad excesiva del pecado.
  • El apóstol Santiago comparó la Palabra de Dios con un espejo que revela lo que somos.
  • El espejo revelará una mancha en la cara, pero no puede quitarla.
  • La ley no puede salvar, la ley no puede libertar al cristiano de la presencia del pecado.

3.3.3 El cristiano y el ego (Romanos 7:14-25)

3.3.3.1 Sin Cristo el hermano es esclavo del pecado (Romanos 7:14-17)

1 Corintios 10:3-4, la llamó la Roca Espiritual

Ahora, las palabras "Yo soy carnal" en este versículo 14, es traducción de la palabra "sarkinos", que no se refiere a la carne en los huesos del cuerpo.

La llamada "carnalidad" en la Biblia se refiere a la vieja mentalidad y naturaleza que contaminan al ser humano con el pecado.

Conflicto de las dos naturalezas, la vieja naturaleza y la nueva.

1 Juan 3:9

Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

3.3.3.2 Sin Cristo el hermano no produce justicia (Romanos 7:18-25)

Pablo aprendió dos cosas en esta lucha:

  • La primera lección: fue que no había ningún bien en él.
    Filipenses 3:4-6
  • La segunda lección: que tampoco había poder alguno en la nueva naturaleza.
    Romanos 8:7
    Hechos 9:9
  • "La ley" que se menciona en este versículo no se refiere a la ley mosaica como generalmente lo hace.
  • La ley de la mente, en este versículo 23. La ley de la mente es el sentido moral del hombre natural.
  • Y en segundo lugar, La ley de los miembros, también en este versículo 23.
  • Ahora, "este cuerpo de muerte" que él mencionó aquí en este versículo 24, era una descripción de la costumbre romana de encadenar el asesinado al asesino. Tenía que llevar consigo el cuerpo en estado de putrefacción como una pena. Qué descripción horrorosa de este cuerpo en que vivimos.
  • El versículo 25 es la respuesta a la llamada de socorro del versículo 24. Dios ha provisto la liberación.

V.- Conclusión:

  • Aunque el cristiano tiene la capacidad para servir a Dios, también tiene la vieja naturaleza o el viejo hombre.
  • El viejo hombre es lo que éramos en Adán antes de ser salvo. Ahora el cristiano tiene dos capacidades o naturaleza: la nueva y la vieja.
  • El Espíritu Santo obra a través de la nueva naturaleza para formar en el cristiano la imagen de Cristo. Sólo por la fe puede el cristiano someterse al ministerio del Espíritu.
  • El Espíritu Santo obra a través de la Palabra de Dios para producir santidad en la vida del cristiano.
  • Estar en el Espíritu y andar en el Espíritu no significa en modo alguno que el cristiano ya no peca más, sino que la preocupación por las cosas espirituales ocupa el primer lugar en su vida.